El voto castigo

Detrás del voto se esconden emociones. Ya sea la firme creencia en la capacidad de un candidato o el desprecio a quien se le niega el voto. Sobre este último sentimiento, sale a relucir algo llamado voto castigo, un síntoma del hartazgo político. La intención del voto castigo es evitar que uno o más personajes salgan electos, por lo tanto, el elector va a la urna con la convicción de que en la papeleta hay uno o más villanos. Este apasionamiento es propio de un elector formado, que ha acumulado ideas políticas y las pone en juego el día de la elección.