Opinión

Primera persona del Singular, Haruki Murakami

29 de diciembre de 2021

“Me resulta  pavoroso observar como envejecen los demás ante mis ojos. La pérdida de la belleza juvenil evaporada por el paso de los años, erosionada su magia, me parece profundamente injusto”.

Murakami es genial. Es el escritor de culto más cotizado mundialmente, nominado al Premio Nobel de Literatura.

Primera persona del Singular reúne ocho relatos magistrales narrados en primera persona, sobre el paso del tiempo, como memorias de juventud. Abundan recuerdos de extraños amores adolescentes, entornos oníricos, realismo mágico, erotismo fino, suicidios, desengaños amorosos, problemas de identidad, soledad, fracasos, noches solitarias. 

Ostenta gran conocimiento musical, refleja el vacío existencial en que vivimos.

Áspera, piedra, fría almohada, título del libro de poesías de una noche de cama, con una compañera universitaria. Escribía tankas, poemas de métrica clásica, le preguntó si le molestaría que, a la hora del orgasmo, gritara el nombre un hombre, que no la amaba. Desaparece. Una semana después recibió su libro de poesías.

El narrador, ya mayor, rememora su primera experiencia sexual. “Desconozco que ha sido de su vida, si continúa escribiendo poesía, sigo sin recordar su rostro. Enamorarse de alguien es como contraer una enfermedad mental no cubierta por el seguro médico.”

Carnaval es una bella pieza musical de Schumann. Refleja el aura del encantamiento, su larga convalecencia por sífilis y esquizofrenia, la existencia de espíritus malignos que lo asediaban y perseguían. 

Intentó suicidarse arrojándose en el Rin. El cuentista conoce a una mujer feísima, compartían el gusto de la música. Contempla las distintas máscaras de la psique humana. La mujer y su esposo estaban implicados en el delito de estafa de operaciones e inversión de activos de ancianos, pensionistas a quienes dejaron en la calle. 

“With the Beatles   Murakami” recuerda los años 60s, cuando todo el ambiente estaba impregnado de la música de los Beatles. 

Se diagnosticaron casos de suicidas consumidos por su propia ideología, exhaustas de su estancamiento intelectual. 

Recuerda su primera novia, Sayoko. Un día quedaron que pasaría a buscarla a su casa. Había salido, se quedó esperándola con su hermano. Este sufría de amnesia, leyeron al gran escritor japonés, Ryunosuke Akutagwa, quien se suicidó después de escribir su obra maestra.

Él conoció a otra joven, la relación terminó. Ella sufrió mucho, lo amaba. Se casó con otro, pero al único que quiso fue a él.

No era feliz.

Años después, se encuentra con el hermano de su exnovia, le cuenta que Sayoko fue preparando su suicidio con tiempo, decidió poner fin a su vida, fue acumulado somníferos premeditadamente. Cuando tuvo suficientes se los tomó. Sucedió en lo más profundo de su conciencia, de su alma, de manera que trascendió su decisión y su voluntad. “Se me rompe el corazón al pensar lo arrogante y desconsiderado que fui con ella.”

“Confesiones de un mono de Shinagawa”

Un chimpancé criado por un científico aprende hablar, su familia adoptiva muere, solo, desamparado, termina como masajista.

Comparte con el cronista la memoria del amor, cómo al enamorarse ,roba el nombre de su amada.  Lo integra en su corazón, ella pierde la memoria “Nadie podrá arrebatarnos el recuerdo de haber amado o de haber estado enamorados alguna vez en la vida”.

Yolanda Crespo
Catedrática titular/ Universidad de Panamá
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