Opinión

Un restaurante preferido y convertido en un icono

07 de junio de 2024

“La Puñalada”, así era el nombre con el que fue conocido el restaurante más famoso de la metrópoli panameña. Usted lo recuerda, estaba ubicado en el pleno centro del populoso barrio de El Marañón, en el corregimiento de Calidonia, distrito de Panamá, donde se comía rico y sabroso.

En ese sector funcionó por décadas. Fue un negocio de la familia Liakópulos, que abrió sus puertas en 1950, y con esa visión emprendedora y futurista, sus dueños idean en ese entonces abrir otros negocios. Debido a los cambios en el país y el sitio donde estuvo ubicado, nace la idea de llevar al centro de la ciudad el mismo negocio, pero con otro nombre.

Es así cuando surge 1983, el primer Restaurante Nikos Café, y la razón social es puesta en reconocimiento a uno de los patriarcas de la familia su nombre Nicolás, y es ubicado en la Vía España.

La historia cuenta que luego se crea la cadena de restaurantes Nikos Café, con un menú variado de comida criolla, y sus emparedados.

El restaurante La Puñalada, fue un sitio preferido por los comensales nocturnos, que luego de un “arranque” o rumba allí acudían para apaciguar la resaca. Sus ricos y deliciosos emparedados de hamburguesa, hot dog, de huevo con queso amarillo, de combinación, y el bistec picado con papa, eran los más apetitosos.

Según la leyenda en Grecia, había un Restaurante llamado La Puñalada . Su nombre surge según la historia luego que su dueño le coloca ese nombre en recuerdo a un bar muy cercano, donde estaba ubicado el local. El dueño de ese bar abrió en 1927 lo cerró 1998 por deudas, pero cuando se ganó la lotería: se alegró y de la emoción tomó un cuchillo y lo clavo en la puerta del bar expresando: “esto es lo que te mereces, una puñalada”.

Otra de las historias es que los clientes, luego de comer y pagar, soltaban la frase “me han metido una puñalada” con los precios.

Para los panameños el restaurante La Puñalada, entra en la lista de los restaurantes del populacho por los precios bajos, porque se podía comer un buen platillo o un emparedado. El hot dog tenía un precio de 10 centésimos.

Este comercio se convirtió en el ícono de la gastronomía popular.

En horas nocturnas y más de madrugada, usted podía observar la gran cantidad de clientes (bohemios) en espera que se desocupara un puesto, para ser atendido.

Esta historia es parte de las vivencias urbanas, y hay que recordarlas para revivirlas.

*Periodista.