“Soy honesto”

¿A cuántas personas se les ha escuchado decir: “soy honesto”? Esa es la virtud que florece mi vida, y la siguen utilizando para poder decir al mundo que son buenas personas.

Pero, ¿qué es la honestidad? Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la honestidad es aquella persona que es decente, decorosa, pudorosa, razonable, justa, honrada y recta. Sin embargo, hoy día la gente lo dice, lo grita para poder que otras personas les crean que son honestos, cuando realmente deben mostrar su honradez.

El ser humano critica a los demás cuando hacen un acto desleal, tratando de ignorar, que en su afán por decir que es honesto, que también podría ser deshonesto. Estos son algunos actos que nos hacen pocos honestos: falta de modestia, hablar en términos absolutos, criticar a los conocidos para agradar a otros, nunca piden disculpas, hablar demasiado sin decir nada, aprovecharse de los demás, no cumplir con los deberes, entre otros.

En resumen, la honestidad no se vocifera sino práctica, ya que peligroso es aquel que se ensalza en decir que es honesto, pues suele suceder que quien alardea de algo precisamente carece de ello, tal como dice el refrán: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”.

* El autor es periodista.