EDITORIAL : Tribunal Electoral
El árbitro no puede titubear. De hecho, al árbitro no se le permite fallar. Por ello inquieta el comportamiento del Tribunal Electoral y sus autoridades frente a un torneo electoral sin precedentes.
Ahora bien: El tiempo permite rectificar y enderezar posturas, sobre todo en lo que respecta a las reglas del juego, pactadas previamente por los partidos políticos y los aspirantes por la libre postulación.
El llamado también va con los actores de la contienda, que si bien no todos, pero algunos, han desteñido el proceso con campañas sucias y antivalores, lo que riñe con el Pacto Ético que ellos mismos sellaron. Son meses cargados de tensión, no quiere decir ello que estemos privados de un mejor porvenir.
Estamos seguros que Panamá es capaz de demostrar nuevamente que está por encima de sus diferencias, que su población y sus instituciones son modelos en la región.