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Indígenas exigen confirmación presidencial de suspensión de hidroeléctrica

01 de agosto de 2019

EFE. Indígenas de la comarca Ngäbe Buglé en Panamá exigieron hoy que el presidente panameño, Juan Carlos Varela, les notifique en persona y por escrito la decisión que anunció hoy su Gobierno de paralizar temporalmente la construcción de una hidroeléctrica aledaña a sus territorios.

El Gobierno de Panamá anunció hoy que suspendió de manera temporal las obras de la hidroeléctrica de Barro Blanco, en la comarca del Chiriquí, al oeste del país, porque la empresa responsable del proyecto incumplió varios puntos de su Estudio de Impacto Ambiental (EIA).

"Existen suficientes razones para comenzar un proceso administrativo en contra de la empresa promotora", dijo la administradora de Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), Mirei Endara. La comunidad indígena calificó esta decisión de "triunfo", pero exigió más compromiso por parte del presidente Juan Carlos Varela.

"Queremos que nos comunique esta decisión por escrito", dijo este lunes Clementina Pérez Jiménez, cacica suplente de la región Kodriri, en la comarca Ngäbe Buglé.

Alrededor de 3.000 indígenas, según la cacica, se encuentran protestando en el lugar donde se está construyendo la planta, a orillas del río Tabasará, en el distrito de Tolé (Chiriquí).

Condicionan finalizar la protesta a que mañana el presidente Varela se presente en la zona, hable con la comunidad indígena y les explique la decisión que este lunes anunció su gobierno.

"Tiene que cumplir lo que prometió en la campaña electoral, que el pueblo siempre iba primero", añadió Pérez Jiménez. Si el presidente no acude mañana, dijo esta misma fuente, la comunidad indígena "extenderá las protestas de manera indefinida".

Pérez Jiménez también dijo que la comunidad "tiene esperanza" y "confía en que la suspensión será definitiva". La paralización del proyecto durará, según la ANAM, "hasta que se terminen las investigaciones de los incumplimientos anunciados".

El proyecto de Barro Blanco comenzó a construirse en el 2008, tiene un 95 % de avance y una inversión cercana a los 225 millones de dólares.

Las obras han sido un foco constante de conflicto con la comarca Ngäbe Buglé, pues el lago que formará la represa inundará 5,6 hectáreas de terrenos anexos a esa población cuando sea temporada de lluvias.

Además, en el lecho del río Tabasará, que alimentará la presa, está un petroglifo precolombino que sirve de culto principal de la iglesia sincretista Mama Tadta, que siguen numerosos ngäbe buglé, y que quedará permanentemente cubierto de agua cuando el lago se forme.

La administradora de ANAM, Mirei Endara, explicó que la falta de acuerdo con las comunidades por la represa que se va a construir como parte del proyecto, es la primera de las causas por la que se ha ordenado suspender las obras de construcción.

También influyó que la empresa hondureña encargada del proyecto (GENISA) no contó con un plan de manejo arqueológico, taló de árboles sin autorización y vertió residuos en el río, entre otras cosas.

"No estamos haciendo esta paralización a la ligera (...) Somos conscientes de la necesidad energética del país y de las implicaciones que tiene esto para la empresa promotora", dijo la vicepresidenta y canciller panameña, Isabel de Saint Malo.

Según cálculos de GENISA, la planta generará el 2 % de la energía que requiere el país y producirá 28,56 megavatios. De Saint Malo aprovechó para lanzar un mensaje de tranquilidad a los inversores.

"Nosotros no hemos cancelado la obra, es una paralización temporal (...) Este es un país respetuoso con la seguridad jurídica de la inversión extranjera", concluyó.

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