Oenegés denuncian “incumplimientos” en proceso de cierre de mina en Panamá
Nueve oenegés denunciaron este viernes “graves incumplimientos” del gobierno de Panamá en el proceso de cierre de la mayor mina a cielo abierto de Centroamérica, ordenado por la justicia, y amenazaron con retomar las protestas que semiparalizaron al país a fines de 2023.
Las organizaciones deploraron la “alarmante ausencia de las auditorías necesarias [en el proceso de cierre], de órdenes para la estabilidad del sitio”, donde hay riesgo de deslaves, según ellas, y exigieron al gobierno adoptar “decisiones concretas” para proteger el medioambiente tropical de esa zona.
La mina de la compañía canadiense First Quantum Minerals, situada en la costa del Caribe, producía desde 2019 unas 300.000 toneladas de concentrado de cobre al año. Cesó sus operaciones tras más de un mes de protestas en las calles luego de que el pasado 28 de noviembre la Corte Suprema panameña declarara inconstitucional el contrato de concesión.
“Queremos alertar a la ciudadanía sobre los graves incumplimientos y omisiones en los que está incurriendo el Órgano Ejecutivo dentro del proceso de cierre” de la mina, dijo Alibel Pizarro, de la organización CEASPA, en una rueda de prensa junto a líderes de otras oenegés.
“No descartamos volver a las calles de ser necesario”, advirtió Guido Berguido, de la oenegé Adopta Bosque Panamá, en alusión a las manifestaciones que propiciaron el fallo judicial, iniciadas el día que el Congreso panameño ratificó el contrato con First Quantum, el 20 de octubre.
Joana Ábrego, de la oenegé CIAM, afirmó que en la mina “hay riesgo de deslave [...], hay comunidades enteras aguas abajo”.
“Ahora mismo estamos en verano, pero dentro de pocos meses en esa área van a caer 3.500 milímetros de agua” (lluvia), advirtió por su lado Ricardo Wong, de la ONG Promar y presidente de la filial panameña de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Tras paralizar sus operaciones, la mina despidió a la mayor parte de sus 7.000 empleados y ahora solo hay un puñado de trabajadores en tareas de mantenimiento. Los caminos de acceso y el puerto donde se embarcaba el cobre están desiertos.
Su producción representaba el 75% de las exportaciones panameñas y el 5% del PIB del país, pero las oenegés afirman que dañaba el medioambiente y que “Panamá vale más sin minería”.