El atleta Mo Farah, embajador de la agencia de la ONU para las Migraciones
El atleta británico Mo Farah, cuádruple campeón olímpico y víctima del tráfico de seres humanos en su infancia en Somalia, se convirtió el martes en el embajador de buena voluntad de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), asociada a la ONU.
Doble medallista de oro en los 5.000 y en los 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, y después en Rio en 2016, Mo Farah se retiró de la competición en septiembre a los 40 años.
"Convertirme en embajador de buena voluntad de la OIM me da la oportunidad de ayudar a la gente, a personas como yo, de cambiar cosas", afirmó.
El atleta reveló en 2022 que no había llegado con sus padres a Gran Bretaña con el estatus de refugiado, como indicaba su biografía, sino que fue víctima de traficantes de niños.
Mo Farah, cuyo verdadero nombre es Hussein Abdi Kahin, llegó a Londres a través de Yibuti con 8 o 9 años, acompañado por una mujer que nunca había visto antes y bajo una falsa identidad.
Después formó parte del servicio doméstico de una familia.
"Ningún niño debería soportar lo que yo viví. Las víctimas del tráfico de niños son sólo niños, que merecen ser niños, que merecen jugar", prosiguió este martes.
La estrella británica del atletismo indicó que quería utilizar su nuevo puesto para promover la fuerza del deporte como medio de emancipación, especialmente entre las mujeres y las chicas jóvenes.
"Yo pude aprovechar la ocasión que el deporte me ofrecía para superar la experiencia que viví de niño y para demostrar que sea cual sea nuestra apariencia o nuestro acento, podemos lograr grandes cosas", dijo Mo Farah.