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De una 'aldea' noruega hasta el infinito, tras los pasos de Karsten Warholm

18 de abril de 2024

Su primera medalla la logró con pantalones vaqueros. Era un niño y comenzó una carrera que le ha permitido coleccionar cientos de metales, guardados en su casa familiar, a orillas del Mar del Norte, donde se forjó el fenómeno noruego de las vallas Karsten Warholm.

Ulsteinvik es conocido por los fiordos, sus astilleros y el 'Vikingo Supersónico'.

Allí nació hace 28 años la estrella de los 400 metros vallas, un atleta que comenzó en su especialidad 'tarde', pero que lo ha ganado todo: tres campeonatos del Mundo, dos Europeos y un título olímpico con récord mundial en Tokio, en los Juegos del 2021.

Su epopeya arrancó un día del verano de 2003. Karsten tenía siete años y un amigo le convenció para participar en la carrera que un club de atletismo local organizaba cerca del ayuntamiento.

"Llegó en pantalones vaqueros, sin ninguna prenda deportiva y pasó por encima de todo el mundo. A partir de ahí se metió en el atletismo", recuerda su fiel amigo Kristian Mork.

"Yo también hice atletismo durante años, corría contra Karsten y mi palmarés se reduce esencialmente a medallas plata", añade en tono de broma.

- El cuarto de los tesoros -

En la casa familiar, en las afueras de Ulsteinvik, la colección de Karsten contiene infinidad de medallas del metal dorado en un cuarto de niño convertido en sala de trofeos.

La más valiosa, la que consiguió en la capital japonesa hace casi tres años, ha salido de manera excepcional de la caja fuerte, así como el calzado que lucía aquel día con el que pulverizó su propio récord del mundo: 45 segundos y 94 centésimas.

"Intentamos dejar un poco de espacio por si lo necesitamos", sonríe Kristine Golin Haddal, madre y agente del campeón.

Ella también practicó el atletismo en su juventud, mientras que su padre, Mikal Warholm, se dedicó al fútbol.

De niño, Karsten jugaba a fútbol un día y practicaba atletismo el siguiente. En este deporte dio el gran salto en 2011, con 15 años, en los campeonatos nacionales en sala.

En un fin de semana logró cinco medallas de oro: salto de longitud, altura, 60 m, 60 m vallas y 200 m. En las fotos de aquel día posa orgulloso y sonriente, con un aparato en los dientes.

"Le gustaba practicar diferentes disciplinas, los desafíos, ver si podía hacer una prueba u otra", recuerda su madre.

Un espíritu abierto y una voluntad de hierro, con mucho entrenamiento en los años de instituto.

En su pueblo, al aire libre, en un prado o en la playa, recorre más y más kilómetros, tanto en verano como en invierno.

"Se entrenaba todo el año, a menudo fuera", recuerda su antiguo profesor de deporte en el instituto, Svein Ove Fylsvik. "No creo que siempre fuera divertido, pero hacía todo lo que habíamos decidido, sin importar la lluvia o el viento", añade.

- Campeón mundial junior en Donetsk -

El trabajo dio sus frutos. En 2013 en Donetsk (Ucrania), Warholm ganó el Mundial junior de octatlón (el equivalente en categorías inferiores del decatlón), una disciplina en la que se centró durante mucho tiempo.

"Los 400 metros no eran su prueba preferida, eran muy cansados", dice Arve Hatloy, entrenador durante su juventud. "Continuó siendo polivalente y tocando todo hasta los 18 o 19 años", continúa.

"Pero le costaba destacar en las pruebas combinadas porque no era muy bueno con la jabalina", puntualiza.

Tras su mudanza a Oslo en 2015, el futuro récord del mundo se concentró en los 400 m vallas, con su actual entrenador, Leif Olav Alnes. El resto es historia.

En Ulsteinvik, la pista que recorrió miles de veces ha sido renovada y lleva el nombre del hijo pródigo del pueblo.

Entre sus 9.000 habitantes y en las regiones colindantes, el 'efecto Warholm' arrasa. El club local, que solía tener un par de decenas de licencias, tiene hoy más de 200.

Entre ellas, la de Lovise Skarbøvik Andresen, especialista también en vallas: "Warholm muestra que se puede venir de un sitio pequeño y perdido, pero convertirte en el mejor del mundo".

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