Noris Correa de Sanjur: referente de educación y valores

En los últimos 50 años, generaciones y generaciones de estudiantes panameños fueron formados con los textos de Noris Correa de Sanjur, fallecida docente santeña entregada a las ciencias sociales y la investigación.

Fueron 28 las obras que aportó a la educación del país y que aún son recordadas con nostalgia, entre ellas: “Panamá en la comunidad mundial”, “Figuritas escolares”, “Geografía de Panamá y “Atlas escolar de geografía de Panamá”.

Para su hermano, Rodrigo “Cañita” Correa, su legado vive en cada panameño que se educó con los textos por los que tanto trabajó, desde los años 50’s.

“Su vocación era una cosa muy natural, la vivía intensamente. Recuerdo que comenzó a editar libros con mimeógrafo en Chitré, donde fue profesora de Estudios Sociales; luego, los armaba junto a mi otro hermano y los ofrecía a la escuela más cercana. Era muy inquieta, hacia el final de su carrera hizo cancioneros y hasta carteles educativos para los niños con temas como el cuerpo humano o las frutas. Gran Marrison fue la casa que distribuyó sus proyectos, allí le tenían mucho cariño”, dijo el comunicador.

Correa de Sanjur también ocupó cargos en el Ministerio de Educación y en el Municipio de Panamá.

Madre y ejemplo

Correa de Sanjur se entregó a la docencia y la crianza de sus cinco hermanos, luego de que estos quedaran huérfanos.

“Actuó como madre con nosotros, aunque ella nunca tuvo hijos propios; ese papel lo conjugó excelente con el de mujer que rompía estereotipos. Nos educó bien, somos personas estudiadas que contribuyen a la sociedad y es que eso era lo que veíamos en casa: libros y mucho estudio”, comentó Mayín Correa, su hermana menor.

Reveló, además, que la biografía de la docente ya está siendo trabajada en una imprenta para próxima publicación. “Yo creo que su aporte debe quedar en las bibliotecas de Panamá para que otras generaciones aprenden de ella. Lo bueno no lo podemos eliminar de nuestra memoria histórica”.

En vida, Noris Correa de Sanjur recibió distintas distinciones como la Medalla de Honor al Mérito Dr. Manuel José Hurtado y la Orden Manuel Amador Guerrero “en el Grado de Comendador”.

La Biblioteca Municipal de Curundú también lleva su nombre, como homenaje.

Murió en el 2015, a los 88 años de edad, por problemas cardíacos.

Fue una persona con unos valores muy firmes que, además, perteneció a esa “Generación de Oro” que se opuso al tratado Filós-Hines (1947). El nacer en Macaracas, una especie de meseta, pudo inclinarla hacia el estudio de los accidentes geográficos y las tradiciones de los lugares.