El Muro Occidental
Este sitio religioso se ha convertido en el centro de la memoria y los anhelos del pueblo judío
El Muro Occidental, también conocido como el Muro de las Lamentaciones, es el único vestigio del Gran Templo de Jerusalén, destruido en el año 70 d.C., por los romanos. Este muro, que ha perdurado por más de 2,000 años, es considerado un símbolo de fe, resistencia y esperanza para el pueblo judío.
Tradicionalmente, se cree que la Presencia Divina nunca abandonó sus piedras, otorgándole un profundo significado espiritual al pueblo.
El Monte del Templo, donde se encontraba el Templo de Jerusalén, es un sitio sagrado no solo para los judíos, sino también para otras religiones. Según la tradición, Abraham estuvo en este monte para sacrificar a su hijo Isaac. El Templo fue destruido por Nabucodonosor en el 586 a.C., reconstruido 70 años después y restaurado por el rey Herodes.
A pesar de la destrucción del Templo, el Muro Occidental sigue siendo un lugar de oración y reflexión, no solo para los judíos, sino también para personas de diferentes creencias, quienes lo visitan para fortalecer su conexión con Dios.
ml | Estar frente al Muro Occidental es una experiencia única cargada de profundo significado. Para los judíos, tocar sus piedras es una forma de vincularse con su nación y su legado, un acto simbólico que conecta el presente con la historia.
Este muro, que ha resistido siglos de turbulencia, se convierte en un reflejo de la perseverancia, siendo testigo de épocas de guerra y paz, destrucción y renacimiento.
El Muro Occidental no es solo un sitio de veneración, sino también un lugar donde los pensamientos y las sensaciones se consuman, y lo mundano se desvanece.
Es considerado el sitio más visitado de Israel. Sin embargo, aquellos que buscan tranquilidad pueden encontrar paz en las primeras horas de la mañana o al final de la tarde.