“Bailar tango en Buenos Aires puede ser muy intimidante, algunos no lo consiguen”, admite David Tolosa, bailarín profesional y ‘taxi dancer’ en esta meca tanguera, donde trabaja como acompañante para novatos.
La mayoría de sus clientes son extranjeros ávidos de experimentar la auténtica noche que ofrece Buenos Aires en cientos de ‘milongas’ cuyo brillo reluce cada agosto por el Mundial de Tango, un imán para turistas.
Aunque las nuevas generaciones trajeron aire fresco a los salones de tango, los códigos persisten y pueden acobardar al más valiente tanguero.
La mayoría de los bailarines ofrece su...