Es una falta de respeto constante en la que incurren ciertos extranjeros cuando piden limosna en el MetroBus, Metro de Panamá y donde le plazca, y encima de que solicitan la ayuda, hacen la advertencia de que no los miren mal. Hace días se subió al Metro un hombre joven, que echó la historia más increíble, quien se debatió, según él, con el Cartel de Sinaloa y al final terminó aquí porque no podía regresar a Venezuela. Aunque lleva tres meses, sus hijos ya estudian en este país y pide plata con exigencias; nosotros no somos responsables de esto.