En los talleres de una escuela de samba, Leandro Vieira supervisa los preparativos para su desfile del Carnaval de Rio, que exaltará la riqueza espiritual del candomblé, una de las principales religiones afrobrasileñas.
A pocos kilómetros de allí, en el barrio de Maracaná, “mãe” Fernanda, sacerdotisa de umbanda, otro de estos cultos, recoge entre lágrimas los destrozos en su templo o “terreiro”, vandalizado.
Lo encontró en ruinas: ventiladores arrancados, equipos robados, elementos sagrados destruidos. En el suelo, entre los restos de la imagen de Oxum, la diosa del amor, los perpetradores dejaron...