Diciembre se asocia fácilmente con el consumo, los regalos, bacanales de comida, bebidas y el brillo de las ciudades...Pero existe otra cara de la moneda: cientos de miles de personas que, pese al entusiasmo de estas fiestas, nunca descubren la magia o el propósito de éstas. Por muchas partes se observan niños y familias enteras que sólo pueden mirar de lejos el espectáculo, para volver a sus camas mustias y frías.
Se anuncia una “época de paz y amor”, pero sólo vemos comercios que pregonan navidades blancas ajenas a nuestra idiosincrasia panameña y latina. Se nos satura de imágenes idílicas que...