George Orwell en el equipo de gobierno. (I)

Yo espero que el presidente de Panamá Laurentino [Nito]  Cortizo, sus ministros y, ojalá todos los nuevos y viejos (en el cargo) diputados, soliciten, cada uno, como  asesor  espiritual personal, al  fantasma del fallecido escritor y periodista inglés, George Orwell (Eric Arthur Blair/ 1903-1950).

¿Por qué George Orwell? 
Es el escritor olvidado de una novela que no debe ser olvidada: “1984” (Nineteen eighty-four), que fue premiada varias veces y se la consideró como uno de los cien grandes libros del siglo XX.  Otra exitosa novela, “La granja (The Farm), lo había lanzado a la fama poco antes.

“1984” es deprimente, como para matarse. Escrita en 1945, describía, a la manera profética, el mundo que viviríamos en la fecha de la novela, como una realidad distópica, es decir, una sociedad  toda contraria a lo que se ha pintado como una utopía. La sociedad distópica es el mundo ideal al revés. Un  escenario presentado por varios escritores de literatura distópica, de la época.

Lo importante para nosotros hoy, para nuestro país y todos los países del mundo, sobre todo  los de nuestra civilización de raíces cristianas, es la imposición, en la novela “1984”, de una despiadada dictadura  que había logrado imponer en su mundo, un dominio casi absoluto del pensamiento, la palabra, las obras y hasta las omisiones o el no-hacer de las gentes. 

Orwell partía de sus negativas experiencias como iluso socialista-democrático, que, inteligente como era él, lo llevó a profunda decepción. En la novela “1984” nos pintó el mundo que hoy está elaborando  la Organización de las Naciones Unidas (el “Gran Hermano”, de la novela), con el trabajo, generalmente servil  e inconsulto, de funcionarios de alto nivel, pero de bajo nivel ético y moral del país víctima. Y, hablamos de organismos como la CIDH, la OEA, la UNESCO y otras cuevas de vividores y sinvergüenzas.  

* El autor es periodista. 

Miguel A. Espino Perigault
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