Apagón de cada día
El servicio de energía eléctrica para el desarrollo de cualquier país, comunidad o pueblo es elemental, pero para las familias es vital.
El servicio de suministro de energía eléctrica en el territorio nacional se ha venido a menos. La sola muestra de los constantes apagones o cortes de energía sin que las empresas responsables ofrezcan al país una explicación razonable.
En julio pasado se anunció el alza de la tarifa de energía eléctrica en un 8.3%, aplicable solo al 25% de los clientes o sea los grandes clientes de 300 kilovatios hacia arriba quienes en la práctica serían los afectados. Sin embargo la realidad es que se impacta a las mayorías porque estos incrementan el precio de sus productos al consumidor.
En Panamá hay tres distribuidoras de energía eléctrica: ENSA, Edemet y Edechi, las dos últimas del grupo Gas Natural Fenosa (Naturgy ahora). Cuando se privatizó el IRHE en 1997, la capacidad instalada de generación estaba en su punto más bajo de su historia y no había inversiones privadas. A partir de la desnacionalización se disparó la capacidad instalada, además, la integración del sistema eléctrico panameño con el centroamericano, impulsado desde la privatización, aumentó la disponibilidad de energía futura y se suponía la baja de tarifas.
Durante los últimos años se ha notado la falta de una política energética a largo plazo, a pesar de que mediante una ley se creó la Comisión de Política Energética conformada por tres Ministros y una Secretaría Técnica que al parecer no funciona.
En el transcurrir del tiempo cada gobierno ha ido aflojando este servicio a manos de concesionarias que luego producen la energía con los recursos panameños; como son las hidroeléctricas, solares y las eólicas, que luego nos las venden a precios onerosos y para el colmo de estos males, sufrimos apagones constantes que traen como consecuencia desperfectos, perdidas de equipos domésticos, que no reclaman porque saben que sus esfuerzos serán infructuosos. Así vivimos los panameños los apagones de cada día.
Melquiades Valencia
* El autor es periodista.