Opinión

Publicidad engañosa

02 de septiembre de 2019

En otros países la publicidad  engañosa es un delito que recibe fuertes sanciones porque cometer el mismo es una burla a la confianza del consumidor y por tanto, promueve la desconfianza y el irrespeto contra quienes invierten su dinero confiando en el ofertante. 

En Panamá pareciera que esto no preocupa mayormente a ninguna autoridad y cuando se interpone una denuncia, su respuesta es tan lenta que desalienta al que ha sido estafado, por lo que muchos no se toman el trabajo de protestar. En una ocasión fui ante la ACODECO por considerar que había sido estafado por una empresa dedicada a la venta de baterías para autos, la cual por fortuna ya desapareció. 

Tuve que concurrir cuatro veces ante la autoridad en referencia, y en cada una la empresa en cuestión ni siquiera asistió para enfrentar la denuncia. Fue una pérdida de tiempo, con el consecuente desaliento y la frustración de sentir que habíamos sido estafados.

Y abundan los ejemplos de este irrespeto a los consumidores. Solo hay que observar los anuncios de las famosas “hamburguesas” que parecieran una torre gigantesca que alienta a consumirla.

Sin embargo, cuando la entregan no es más que un simple emparedado que nada tiene que ver con la promoción. Igual ocurre en el área de la telefonía celular. Algunas de estas empresas hacen y deshacen y pocas veces dan la cara cuando no cumplen con lo ofrecido, porque en realidad lo único que persiguen es burlarse de sus clientes.

Firmé un contrato con una de las que operan en Panamá, que me garantizaba minutos y data infinita, sin embargo, me acaban de llamar para decirme que en unos días habrá límite en ambos casos. Sinceramente así no se vale.

Las autoridades tienen que actuar de oficio y aplicar sanciones a los negocios que anuncian ofertas que no son otra cosa que una burla, una estafa, y por tanto, un acto delictivo.

Euclides Corro 
[email protected]
* El autor es periodista. 

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