Opinión

Derechos y deberes

21 de agosto de 2019

En los últimos años,  el cáncer de la corrupción ha despertado en algunos grupos sociales, que antes se mantenían al margen, el interés en la cosa pública. El derecho de cada persona de exigir, como ciudadano, que se respete la Ley es de aplaudir, pero la norma no puede ser selectiva.

Los estatutos que rigen la vida en sociedad no son como un arroz chino de combinación. Habrá quienes lo consuman sin chistar, mientras otros sacarán de la preparación lo que le  gusta y dejarán de lado los vegetales o una que otra carne, por estar en desacuerdo con su sabor.

Las leyes deben cumplirse cabalmente, si exigimos a los diputados o miembros de las instituciones del Estado que cumplan con lo establecido en el código, nosotros debemos hacer lo mismo. Es importante que conozcamos los mandatos que nos rigen y cumplirlo, si estamos en contra de una u otra ley hay que seguir los mecanismos que tenemos a la mano para hacer los cambios y demostrar la clase de ciudadano que somos.  

Predicar con el ejemplo, un buen testimonio de lo que somos establece credibilidad a nuestra lucha,  y no podemos  usar el escudo de algún movimiento social para justificar nuestro poco respecto por la normas o el incumplimiento de las leyes que deseamos que otros cumplan.  

* La autora es periodista de Metro Libre. 

Yalena Ortiz 
[email protected]  

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