Editorial

EDITORIAL: La lección de cordura en Ecuador

16 de octubre de 2019

Ecuador ha dado al mundo una gran lección de cordura política y entereza cívica. A raíz de las protestas que durante once días mantuvieron en vilo al país suramericano, varias áreas de su capital quedaron colmadas de escombros.

Tan pronto fue anulada la disposición gubernamental que imponía alzas en los precios de los combustibles, meta establecida por los más de 40 mil indígenas volcados sobre Quito, sus habitantes se dieron a la tarea de limpiar las zonas públicas afectadas.

“Nuestros hermanos indígenas protestaron por todos nosotros; ahora nos toca hacer lo nuestro”, dijeron muchos durante los trabajos.

Al ceder a la presión popular, el jefe de Estado evitó lo que pudo ser una escalada de violencia con resultados inimaginables.

También fue evidente el valor del diálogo en la solución del conflicto al reconocer, por una parte, el derecho a la protesta ciudadana y, por la otra, la trascendencia de conservar la institucionalidad democrática del Estado.

Además de acompañar solidariamente a los manifestantes durante las protestas, los quiteños participaron con entusiasmo en el remozamiento de su ciudad, conscientes de su importancia cultural para la humanidad y el hecho de constituir uno de sus principales atractivos turísticos.

Mucho puede aprenderse de este ejemplo de participación.

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