Editorial

EDITORIAL: En apego a la Ley

11 de agosto de 2019

 Era obvio que el fallo judicial en el caso del ex presidente Martinelli hallara las reacciones que ha tenido, dado lo que representa en la hora actual del país en virtud, justamente, de quien se trata.

 Y como quiera que al mismo tiempo es una de las figuras más influyentes de nuestra política, el dictamen permite toda cuanta lectura subyacente quiera hacerse, ya sea favorable o contraria al asunto en cuestión.

En palabras llanas, el tribunal no encontró peso suficiente en los cargos de la fiscalía, lo que arrojó para esta el veredicto adverso.

Para la defensa, se hizo justicia y prevalecieron los derechos del encausado. Pero, igualmente, si la institucionalidad de la justicia no estuviera tan cuestionada como ahora, el fallo hubiera sido -con independencia de su contenido – aceptado con el respeto unánime observado en todo Estado de Derecho, entre otras porque favorece las garantías personales y procesales de todos, en condiciones de igualdad, ante la Ley.

Y en un Estado así la justicia no favorece ni el revanchismo político, como tampoco allana caminos a la corrupción.

Corresponde entonces orientar nuestra justicia, mediante las reformas que sean necesarias, hacia la recuperación completa de la confianza  de la sociedad en su independencia y equilibrio. Solo así, sus fallos hablarán por ella de manera incuestionable.

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