Al pie del cañón

Tus obras, mis obras

02 de octubre de 2019

Existe una obsesión de los políticos por patentar las obras que con el dinero del estado consumaron. Paradas, parques, incluso una Ciudad de la Salud, no hay límites, el regodeo por obras financiadas por el erario público es la regla para todo lo que haya sido edificado.

Llevando el halo de mecenas o filántropos, son capaces, si un bache en la ley se los permite, sellar sus nombres en una placa. La megalomanía que llevó al dictador a nombrar a la ciudad San Petersburgo "Stalingrado" (Ciudad de Stalin), sigue siendo el referente para algunos ególatras. 

 

Mario Lara
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Twitter: @mlarapty
Instagram: mariolarapma

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