Si no está roto, ¿para qué arreglarlo?
17 de septiembre de 2019
Al final el proyecto de ley 18 que da identidad a bebés fallecidos en el vientre materno no soluciona ninguna de las necesidades de un país tan desigual como frágil a nivel institucional. Y aunque no sea el tema a tratar, la iniciativa legislativa ha vuelto a dividir a la población entre antiabortistas (provida) y proabortistas (proelección).
Por otro lado, al declarar el registro como opcional, ignora la proponente lo innecesario que significa destinar recursos económicos a procedimientos de los que podría prescindir el sujeto afectado, en este caso, la madre.
mario lara
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