Protestas polarizadas

 Incluso antes de ser convocadas, las protestas ya  fracasaron. Entre los propios militantes los ataques no cesan.

Los señalamientos van desde supuestos manifestantes que representan el poder económico, “agitadores de turno” hasta los que “se aprovechan de los movimientos para cimentar sus campañas políticas”.

Las consecuencias son visibles: pobres convocatorias y nulo efecto resonante. Si algo deben aprender de los diputados  los grupos de la sociedad  civil es la cohesión que los primeros  demuestran ante propósitos comunes. 

Mario Lara
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