De manifestaciones y discursos

No hay mejor expresión democrática que una protesta pacífica y unas elecciones limpias, como aquellas celebradas en mayo. Por esto se  entiende que es  legítimo el mandato de los diputados, pues sus triunfos son producto de la condición que la democracia exige para sí cada cinco años. Ello deriva en reelección o renovación.

Del resultado se enorgullecerán algunos y se abochornarán otros, pero está claro que pedir destituciones no es el  mejor discurso. Exijamos, eso sí, trabajo digno y acorde a estándares éticos. En esto, el apoyo será unánime. 

Mario Lara
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