Los carretes de película y las estrellas de Hollywood que los llenan tienen un enemigo en común: el paso del tiempo.
Pero mientras un artista puede optar por cirugías o inyecciones para mantener una apariencia juvenil, para las cintas es más difícil pues en algún punto comienzan a desintegrarse sus componentes originales, realmente prosaicos.
“La base para películas es, en realidad, pulpa de madera y ácido acético en su forma más simple”, explica Tim Knapp, de Pro-Tek Vaults, empresa californiana especializada en la conservación de películas.
“Tras cierto tiempo, el ácido acético produce lo que se...